miércoles, enero 10, 2007

La Justicia y "El rincón del vago"

http://www.litoral.com.ar/index.php/diarios/2007/01/04/opinion/OPIN-02.html

Edición del Jueves 04 de enero de 2007
La Justicia y "El rincón del vago"
Por Osvaldo Agustín Marcón

El desarrollo de Internet, desde la década del 60, es considerado un proceso revolucionario con impacto similar al producido por la imprenta a partir de Gutenberg o la industrialización a partir de la máquina de vapor inventada por James Watt. Entre muchas otras cosas, esta revolución provoca la configuración de nuevas formas en la producción de conocimiento (investigaciones, libros, artículos, etc).
Actualmente, la red funciona como una enorme biblioteca virtual a la que gran parte de la población puede acceder. En ella, como en las bibliotecas tradicionales, es posible encontrar material de diversa calidad. Inicialmente discernir entre lo útil y lo inútil fue un obstáculo pero progresivamente se mejoraron las formas -aún imperfectas- de superar esa limitación. En dicho contexto aparecieron y se desarrollaron sitios web como "El rincón del vago", muy conocido en ámbitos educativos. Se trata de un lugar virtual en el que se acumulan muchísimos trabajos (artículos, monografías, etc) que se pueden copiar. De hecho la copia textual, ya no sólo de este sitio, se transformó en un problema para muchos profesores indefensos ante trabajos que les son presentados como propios.>
Frente a este proceso, el campo académico generó nuevas estrategias didácticas, actualmente en pleno desarrollo, tales como las "webquest", las "cacerías" o la noción de "blended", entre muchos otros recursos y concepciones. No se trata de poner límites al uso de Internet sino de potenciarlo orientando el esfuerzo con formas pedagógicamente productivas. Es cierto que la profundidad de las transformaciones genera una multiplicidad de angustiantes conflictos para los habituados a las milenarias bibliotecas de papel, pero el peor de los caminos es la huida ante las transformaciones dado que la ignorancia de Internet ya es considerada una forma de participación en el analfabetismo digital. Esta realidad tiene su expresión específica en muchos otros campos (p.ej. el comercio) y no sólo en el hasta aquí presentado como ejemplo (el académico).>
Ahora bien: recientemente un conjuez federal, en una causa de gran importancia e impacto público (voladura fábrica militar de Río Tercero, Argentina, 2005), produjo un fallo en el que incluye material del mencionado sitio ("El rincón del vago"). Este procedimiento en la construcción de la sentencia ha sido justamente cuestionado (además de ser cuestionada la sentencia en sí misma), tanto que fue motivo de consideración por parte de autoridades judiciales de orden superior. Fuera de discusión está la extravagancia metodológica del magistrado pues entre otras cosas "El rincón del vago" -de muy sugerente nombre- carece de validación científica. Otro aspecto extraño está vinculado a la cuestión de si de lo copiado se citó la fuente, conducta esperada en toda producción fundada más allá de que el sitio web lo exija o no. >
Quizás convenga dejar abierta la reflexión acerca de qué impronta intelectual caracteriza la matriz de pensamiento de quien en una función de tanta importancia produce un texto siguiendo tal camino. Pero también convendría señalar otro aspecto tan llamativo como el anterior: la mayor parte de los cuestionamientos oficiales parece haberse centrado en "la utilización de Internet". Así por ejemplo, según consigna Página 12 en su edición del 23/12/06, un juez de rango superior recriminó la conducta del conjuez sosteniendo: "Yo no hubiera citado una página de Internet en un fallo". Paradójicamente esta objeción también develaría significativas particularidades en términos de actualización y de vinculación con la realidad científica y académica. Según consigna el diario, el juez de rango superior se refirió al conjuez sosteniendo que "si fuera profesor de él en la universidad, lo echaría a patadas". Vale recordar: no se refirió al lamentable uso del "Rincón del vago" sino a la utilización de Internet como recurso.>
Sorprende la tacha global al recurso como si las bibliotecas de papel pudieran garantizar la infalibilidad de lo que allí se encuentra. De hecho día a día crece la utilización de los denominados E-Book (libros electrónicos), o se desarrollan carreras universitarias on line, de enorme prestigio, acreditadas por el Estado Nacional, y que utilizan materiales publicados en Internet. Observando las resistencias de este orden Atilio Boron y Sabrina González, en el libro "Bibliotecas Virtuales para las Ciencias Sociales", advierten que en la nueva realidad la labor profesional "...requiere introducir un cambio muy significativo en los estilos de trabajo y los hábitos y costumbres intelectuales y académicos tal como tradicionalmente los conocíamos hasta el momento"(1).>
En este sentido se ha avanzado mucho. Como se sabe gran parte de la comunidad científica y académica se vale corrientemente de "filtros" intelectuales que hacen utilizables diversos contenidos de Internet, "filtros" que -insistamos- también deben ser aplicados al acudir a una biblioteca tradicional. No se trata de un "filtro" que se compre en un comercio sino de recursos que cada profesional debe construir en sí mismo, con mucho esmero intelectual pero fundamentalmente con mucha apertura.>
La descalificación de Internet adquiere especial contundencia si se tiene presente que no se trata solamente de una realidad científica y académica. Por el contrario, se inscribe en el campo de las problemáticas propias de la "Sociedad de la Información" en la que vivimos por lo que es una dimensión constitutiva de la realidad y no un componente opcional que en cuanto tal podemos o no considerar al momento del análisis. En tal realidad la "Gestión del Conocimiento" es determinante. El perfil que tal "Gestión" adquiere en cada caso pone en evidencia la matriz de pensamiento subyacente, su nivel de evolución y, por ende, el grado de resistencia ante el cambio social.>
Ya no es posible "Gestionar el Conocimiento" sin incorporar los postulados de las "NTICs" (Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación). Esto es así por lo que ellas significan en sí mismas, pero también por lo que ellas suponen en términos de apertura a una de las formas más avanzadas de conocer: la interdisciplinaria. >
(1) Borón, Atilio y Ot. en "Bibliotecas Virtuales para las Ciencias Sociales". Buenos Aires, Flacso, 2004.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Muy bien. El rincón del vago es uno de los espacios que obstaculizan el desarrollo intelectual de nuestros intelectuales.

Ahora bien, debemos considerar otros fenómenos con respecto al acceso a la información en la WWW.

Mira, acá en casa, por ejemplo, acabamos de consultar en Google Libros el texto de "La presentación de la persona en la vida cotidiana" de Erving Goffman para una tarea de sociología, y notamos que la vista parcial -supongo que más bien el representante de la editorial- restringe específicamente las páginas en las que aparecen las definiciones más importantes del libro.

No niego que las editoriales quieran proteger sus ingresos, pero esta, a mi parecer, no es sino una muestra de las contradicciones culturales de la sociedad capitalista. En Google Libros la vista de libros se acompaña con el enlace a una lista de librerías donde supuestamente uno puede encontrar los libros, pero no siemmpre se encuentran.

Lo que yo destaco es la siguiente contradicción: ¿cómo es que, habiendo una tecnología capaz de revolucionar el desarrollo cultural de la humanidad hasta límites insospechados se ve limitada para proteger los intereses de un puñado de parásitos que ni siquiera han producido los libros?

9:09 p.m.  

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