miércoles, enero 10, 2007

A leer, leer y leer (Colombia)

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A leer, leer y leer

Este año podría ser clave para los índices de lecturabilidad de los colombianos, que descendieron ostensiblemente en los últimos cinco años.
ESTE AÑO SERÁ el de los grandes esfuerzos para que los colombianos piensen en el idioma, los libros y la literatura, pues 2007 es el año en que Gabriel García Márquez celebra los 40 años de haber publicado la novela que lo hizo inmortal, Cien años de soledad; el año en que Bogotá se convierte en la "Capital Mundial del Libro" y en que, como homenaje al poeta Rafael Pombo, la fundación que lleva su nombre y a cuya cabeza está hoy Juana Santos, lanzará un disco con sus fábulas interpretadas y musicalizadas por Carlos Vives, Juanes y Aterciopelados, entre otros.
También es el año en que Cartagena no sólo es la sede del IV Congreso Internacional de la Lengua Española -se realiza cada tres años-, sino que además, y por segundo año consecutivo, se convierte en punto de encuentro de escritores nacionales y extranjeros en el Hay Festival. Y no hay que olvidar que en abril la tradicional Feria del Libro llega a su vigésima edición en Corferias.
El primer semestre dará de qué hablar el resto del año. Para poner el idioma en el menú, el IV Congreso de la Lengua -el 26 al 29 de marzo- tiene como tema "Presente y futuro del español: unidad en su diversidad", un intento para responder a la pregunta de si un idioma que evoluciona y se redefine por medio de nuevas palabras, anglicismos, galicismos, latinoamericanismos y neologismos derivados del lenguaje tecnológico, puede mantener la tradición. Paralelamente y en el marco del Congreso, será lanzada la nueva edición de Cien años de soledad con prólogo de Carlos Fuentes.
Capital de capitales
Bogotá fue designada este año por la Unesco como "Capital Mundial del Libro", un reconocimiento que la organización hace desde 2001 a las ciudades que tienen programas sólidos para la promoción, difusión y fomento de la lectura y la industria editorial. El año pasado correspondió a Turín, Italia, y el año entrante lo recibe Ámsterdam, Holanda.
La capital tiene programada una agenda de eventos que se realizarán durante todo el año, cuyo objetivo es que más colombianos se interesen más por la lectura. Entre ellos, la instalación de puestos de libros donde las personas pueden dejar los ejemplares leídos y llevar otros para leer, que empezará en el barrio La Macarena, así como una variación del programa Libro al Viento, que ha hecho circular textos en las estaciones de Transmilenio y que ahora no lo hará por medio de dispensadores sino con préstamos gratuitos con carné.
En julio será la inauguración de la nueva sede del Fondo de Cultura Económica, un gran centro cultural en La Candelaria, diseñado por Rogelio Salmona, y en agosto se celebrará el Congreso de Libreros organizado por el Cerlalc y cuyo tema de discusión será cómo vencer las dificultades para hacer industria en países que leen poco. En octubre, se lleva a cabo el "Día del libro" y la idea es replicar lo que hacen en Barcelona el 23 de abril: regalar una flor y un libro. Además, se hará realidad el ambicioso proyecto de tener en línea un catálogo de todas las bibliotecas del país.
Y como en la literatura cabe todo, en el Hay Festival del 25 al 28 de enero en Cartagena, autores nacionales y extranjeros se reunirán para dar rienda suelta a sus intereses literarios y extra literarios: desde viajes, fútbol y erotismo, pasando por periodismo de guerra, urbanismo y ciudad, hasta novela negra latinoamericana y cómo hacer adaptaciones de libros para cine y televisión. Habrá conferencias, presentaciones de libros, mesas redondas... De todo como en botica y para todo tipo de público.
Un año con muchos programas que intentarán darle la vuelta a los datos sobre lecturabilidad de los colombianos, que no son muy alentadores. Según el capítulo "Hábitos de lectura" de la Encuesta Continua de Hogares del Dane, entre de 2000 y 2005 el porcentaje de lectores habituales de libros bajó de 47,1% a 38,8% en hombres, y de 49,2% a 42,4% en mujeres. Un fenómeno curioso, por decir lo menos, pues ha sido justamente en la última década cuando, tanto el Gobierno central como Bogotá, han hecho los mayores esfuerzos para promover la lectura con la apertura, entre otras cosas de las mega bibliotecas.
Un año para que los colombianos, incluido el propio presidente Uribe, se acuerden que la vida no sólo es trabajar y trabajar, y que leer y leer abre mundos nunca imaginados y amplía horizonte.

JUAN GOSSAÍN
¿Qué es peor para el idioma, la televisión o Internet?
Internet, por una razón: porque es ilimitada y con ello su abuso. Por ejemplo, los chateadores decidieron suprimir el qué de sus conversaciones , una de las expresiones más antiguas de lengua, y dicen ahora "voy a k que vacunen".
¿Qué anglicismo no resiste?
Gay, porque en castellano se dice marica, una palabra rotunda de estirpe castiza. Esa otra es insípida y no significa nada.
¿Qué neologismos le sorprenden?
Me encanta intenso para referirse a un padre regañón y persistente; jeto para el amiguito que se pasó de copas y calceto para el incumplido. Soy de esos académicos que defienden una lengua viva.
¿Le ve futuro al español como idioma para la ciencia?
A mí lo del inglés no me preocupa, porque además es un fenómeno universal y no sólo del castellano. Lo que me interesa de ello es que los que hablamos español aprendamos a entender esos términos ya que la ciencia y la tecnología tienen un lenguaje universal.
¿Qué peligros corre el idioma?
Más que el Internet o la televisión, el mayor riesgo para el castellano es que cada país termine hablando su propio español y que un boliviano no se entienda con un panameño o que para un turista madrileño sea más fácil entender lo que le dicen en un hotel en Miami que en el aeropuerto de Caracas. Que la variedad termine fragmentando el idioma es el mayor peligro.